Abuso sexual niños
Abuso sexual niños

 

Bien es sabido que Internet es una herramienta que llegó hace ya varios años para facilitarnos la vida en general.

Es cierto que en muchos aspectos Internet ha resultado ser una herramienta muy útil tanto a nivel profesional como personal, pero no nos podemos, ni debemos, olvidar de que también entraña una serie de riesgos.

Tengo otros post en los que os hablo de internet como “Criminología e Internet“, “¿Sabemos todo lo que esconde Internet?“, o “Internet Challenges“.

Hoy me gustaría hablaros sobre los jóvenes y el abuso sexual que se lleva a cabo a través de Internet, y es que existe una cifra que asusta mucho: el 80% de los jóvenes cree que está en peligro de sufrir abuso sexual a través de Internet.

En una encuesta realizada por UNICEF, donde se ha preguntado a más de diez mil jóvenes, de más de 25 países, sobre los riegos que tienen por crecer en un mundo cada vez más conectado, y un porcentaje muy alto piensa que puede estar en peligro.

Otro dato curioso es que casi todos los jóvenes están convencidos de que serían capaces de sortear los peligros de internet, concretamente un 90%, pero únicamente el 36% afirma poder distinguir con certeza a las personas que mienten sobre su identidad.

Y es que, uno de los mayores riesgos del abuso sexual a través de internet, es la capacidad de esconder tu verdadera identidad, cuando te creas un perfil en alguna red social, nadie va a verificar si eres quién dices ser.

Uno de los factores de riesgo es el género.

El 67% de las niñas encuestadas admiten que se sentirían preocupadas si recibieran comentarios sexuales a través de la red, en comparación con un 47% de los niños.

Otro de los datos curiosos, es que cuando se produce una amenaza en Internet, la mayoría de los adolescentes recurrirían a amigos, antes de acudir a los padres o profesores, a pesar de que menos de la mitad de estos jóvenes coinciden en que no sabrían cómo ayudar a un amigo frente a una situación de riesgo.

En todo el mundo, 1 de cada 3 usuarios de Internet es un niño, por eso es de vital importancia la educación de esos jóvenes en el uso de las nuevas tecnologías y de Internet.

Es necesario luchar contra la explotación y el abuso en la Red.

 

 

¿Qué son los “challenges” que circulan por las redes sociales y cuáles son sus verdaderas consecuencias?

“Challenges”, palabra en inglés que significa “desafíos”, consiste en hacer retos insólitos y publicarlos en las redes sociales como Instagram, YouTube o TikTok.

En la mayoría de las ocasiones, suelen ser retos graciosos que consisten en bailar al ritmo de músicas graciosas o músicas específicas.

Puede tratarse de imitaciones o mostrar parte de tu vida.

Los “challenges” tiene todo tipo de objetivos, tener fama por unos minutos, divertirse, concienciar sobre algún problema social, etc.

Uno de los retos virales más conocidos fue el #IceBucketChallenge, se trata de una campaña publicitaria entre 2014 y 2015, impulsada por Corey Griffin en un intento de concienciar sobre la esclerosis lateral amiotrófica o ELA.

Fue una campaña en la que participó mucha gente conocida como el creador de Facebook.

Pero no todos los retos que existen en internet son inofensivos.

Quizás el último que más suena en los medios es el conocido como “BlackOut Challenge” debido a la muerte de un niño británico de 12 años, Archie Battersbee.

Este reto consiste en atarse al cuello algún objeto que dificulte la respiración hasta desmayarse, básicamente consiste en provocarse a uno mismo un desmayo, y tiene que quedar todo grabado.

Pero no sólo Archie fue víctima de este tipo de retos virales, se sabe que 6 niños en Estados Unidos, un chico en Australia y una chica en Italia, también han fallecido a causa del “BlackOut Challenge”, aunque se sospecha que podrían ser muchos más casos.

Pero no ha sido el único reto viral que ha terminado de la peor forma posible.

Otro retos provocan daños muy graves en niños, qué son principalmente quiénes se suman a este tipo de retos, como el “Ice & Salt Challenge”, el Juego de Jonathan Galindo o “Momo” son algunos de estos ejemplos.

Es por ello de vital importancia alertar a padres y cuidadores de los peligros de internet y sobre todo de la importancia de una correcta educación, para que los más jóvenes de la casa no caigan en este tipo de retos destructivos.

El otro día os hablé del tipo de delitos que pueden llevar a cabo los menores a grandes rasgos; esta semana, y las siguientes, me gustaría profundizar un poco más en ellos.

Los delitos tecnológicos o informáticos se cometen usando las nuevas tecnologías como ordenadores, tablets o móviles, a través de las redes sociales, WhatsApp, etc.

Las nuevas tecnologías tienen muchas ventajas, como un contacto inmediato con amigos o conocer al momento noticias, pero también implica muchos peligros si no se sabe utilizar correctamente. En muchas ocasiones podemos estar llevando actuaciones delictivas, incluso sin darnos cuenta.

Cuando un menor comete un delito usando alguno de estos medios, lo hace en la mayoría de los casos creyendo en su anonimato; internet nos ofrece una falsa sensación de anonimato que hace que las personas se vuelvan más “atrevidas”.

Pero lo que más debería preocuparnos en cuanto a sociedad, es que la mayoría de los jóvenes tiene el siguiente pensamiento:

Como soy menor de edad, no me pueden hacer nada

Tipos de delitos cometidos por los menores

  • Sexting: Consiste en el envío de contenido erótico o sexual, el contenido ilícito de este acto es el uso que se haga de dicha fotografía, pudiendo usarse para conseguir a cambio de no divulgarla, para acosar, insultar y un largo etcétera, esto se conoce como “Sextorsión
  • Cyberbulling o Ciberacoso: Es el acoso utilizando las nuevas tecnologías, principalmente las redes sociales. Las más frecuentes son la difusión de rumores sobre la víctima, vejar e insultar (estamos hablando de un delito contra la integridad moral).
  • Incitación al odio: Se trata de fomentar el odio, la discriminación o la violencia contra un grupo de personas por motivos racistas, religiosos, etc., generalmente hecho a través de internet. La mayoría de los menores son muy influenciables por su entorno, por lo que si su grupo de amigos o familiares tienen ciertas ideas racistas, éstos pueden llegar a divulgar actos de odio contra personas que no sean del mismo país que ellos.
  • Suplantación de identidadCuando suplantamos la identidad de una persona con malas intenciones, por ejemplo ofrecer servicios sexuales a cambio de dinero, o publicar el número de teléfono, fotos y dirección de correo electrónico para que entren en contacto.

En definitiva, educar a los jóvenes sobre la utilización de las redes sociales, desde una perspectiva de respeto hacia los demás, evitaría muchos de estos delitos.

Cuando navegamos por la red debemos tener mucho cuidado con las personas con las que hablamos, ya que pueden ser perfiles falsos, esto sucede mucho más de lo que podemos llegar a imaginar.

Si además esa persona tiene además una personalidad maleable corre muchos más riesgos que cualquier otra persona que no lo es, ya que pueden terminar por convencerlas para hacer algo a cambio de otras.

Esto es lo que sucedió en Alaska, Denali Brehmer asesinó a su mejor amiga Cynthia Hoffman a cambio de nueve millones de dólares, pero esa recompensa nunca llegó a manos de Brehmer. Denali había entablado una relación por internet con un hombre de Indiana quién le propuso violar y matar a una persona a cambio de dinero, la víctima escogida fue de entre las amigas de Brehmer, quizás debido a que la víctima sufría un pequeño retraso mental.

Brehmer invitó a su amiga a dar un paseo por una zona montañosa, cosa que Hoffman no extrañó, y una vez lo suficientemente alejadas, le disparó en la nuca, tirándola posteriormente al río, el cuerpo fue hallado dos días después.
Como prueba del crimen, Brehmer compartió con su incitador fotografías y vídeos de la víctima por Snapchat, pero el dinero nunca llegó a manos de Brehmer.

Actualmente ambos se enfrentan a penas de 99 años de cárcel, además hay otras tres personas detenidas que pueden estar relacionadas con el crimen.

Se puede llamar ciber-delincuencia a aquella actividad delictiva cuyo objetivo es atentar contra la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de los sistemas informáticos, de las redes y los datos, así como el uso fraudulento de dichos sistemas, redes y datos.

En España se ha duplicado esta actividad ilegal en menos de una década, se podría decir que es un “negocio al alza”.

En el año 2011 se contabilizaron 28.963 ciber-crímenes y la tendencia ha ido aumentando hasta superar la barrera de los 60.000 casos denunciados en 2017.

La profesora de estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC explica que: “El mundo digital favorece las condiciones para que el ciberdelincuente desarrolle los rasgos y habilidades necesarias para cometer los delitos”.

El desplazamiento al ciberespacio de las relaciones humanas, cada día tenemos más relación a través del móvil o el ordenador que en persona, y económicas, es lo que ha provocado un descenso en la delincuencia convencional, sobre todo en la delincuencia juvenil. Hoy en día se ven más casos de acoso por medio de las redes que en una relación cara a cara, ya que las nuevas tecnologías lo propician mediante los vídeos y las fotografías.

A la hora de intentar perfilar este tipo de criminales, no es tarea fácil, ya que la ciber-delincuencia no se cierra a una franja determinada de edad o un estrato social determinado, tampoco es necesario que quién cometa este tipo de actos sea un profesional informático.

Con toda esta información es lógico que resulte difícil predecir este tipo de delincuencia, pero gracias a la inteligencia artificial se han podido crear mapas para entender dónde y cuándo se desarrollan estos delitos. Estos mapas son creados por ordenadores que cruzan información, lo que permite tener más control sobre la prevención de la delincuencia, aunque el uso de esta tecnología crea dilemas éticos y jurídicos.

Y si la semana pasada os hablé de la Deep Web, esta semana os quiero hablar de la Dark Web.

Muchas veces se confunde la Deep Web con la Dark Web, aunque son dos capas muy diferentes.

¿Os acordáis de lo que dije la semana pasada de relacionar la Deep Web con actividades criminales? Bien, pues en la Dark Web es donde podemos encontrar este tipo de cosas.

Esta parte de Internet represa el 0,1% de todo Internet, pero es un porcentaje algo peligroso, ya que es contenido que se ha ocultado de manera intencionada, siendo que aquí podemos encontrar venta de droga, armas, sicarios y hackers a sueldo y un largo etcétera de cosas que escapan a la legalidad.

Únicamente se puede acceder a la Dark Web usando dominios propios como por ejemplo .onion o .i2p, y sólo a través de programas como Tor, Freenet, GNUnet, etc., pero Tor es el más conocido.

Aquí sí que se cumple la imagen de una zona de Internet en la que poder encontrar actividades ilegales, y obviamente este tipo de contenidos tampoco son indexados por los buscadores.

La Dark Web está conformada por todo el contenido que podemos encontrar en diferentes Darknets (redes a las que únicamente podemos acceder utilizando un programa específico).

No todo en este espacio es crimen, siendo que también existen muchas páginas interesantes, además de servir como cobijo a activistas perseguidos en países férreos con la libertad de expresión.

Igualmente os dejo un enlace a un documental sobre la Dark Web (está en Netflix también)

Muchos de nosotros pensamos que Internet es un mundo fascinante que nos permite llegar donde nunca antes habíamos pensado: podemos hablar con alguien que está a miles de kilómetros de distancia, podemos encontrar información con simplemente un clic de nuestro ratón, etc.

Al mirar nuestros Facebook, Instagram, Skype, etc, estamos navegando por la Clearnet, o dicho de otro modo el lado “visible” de Internet.

Es llamativo que todo este gran abanico de oportunidades que nos ofrece la Clearnet, es únicamente entre un 4% y un 10% del total de la red, y que además es el que frecuenta alrededor del 90% de los usuarios.

Se ha dicho que Internet es como un iceberg, siendo que la Clearnet es sólo la cúspide de dicho iceberg, pero por debajo del agua podemos encontrar un sinfín de información y servicios que desconocemos.

Hoy os voy a hablar de la Deep Web; hay muchos usuarios que relaciones las bajas profundidades de Internet con actividades criminales como venta de drogas, pornografía de todo tipo, sicarios a sueldo y largo etcétera, y es cierto que podemos encontrar este tipo de contenido, pero hay mucho más, muchísimo más.

La Deep Web está formada por ese contenido al que no puedes acceder fácilmente desde los buscadores tradicionales, también me gustaría aclarar que no se puede asociar directamente la Deep Web con armas y drogas, o dicho de otro modo, Deep Web no es sinónimo de actividad ilegal.

Los datos de la Deep Weeb son accesibles de forma pública, aunque hará falta un acceso especial para poder llegar a ellos. Aquí podemos encontrar datos privados de todo tipo de compañías como hospitales, la seguridad social, grandes multinacionales, etc., siendo que la Deep Weeb ocuparía el 90% de Internet.

Como siempre os dejo un vídeo con más información acerca de este nuevo mundo, que no es tan nuevo.