Cuando oímos el término “droga”, la mayoría lo asocia a sustancia ilegal, y escuchamos hablar de drogas seguramente los primeros nombres que se te vengan a la cabeza son cocaína, LSD, heroína, etc.

Pero, ¿y el alcohol?, ¿y el tabaco?, ¿y la cafeína?

Existen gran cantidad de sustancias que entran dentro de la clasificación de drogas, pero que no son ilegales. Y el hecho de ser legales no quiere decir que sean inocuas.

La droga es aquella sustancia, de origen natural o sintético, que tiene la capacidad de generar una alteración del sistema nervioso. Dicho de otro modo, sustancias con un efecto psicoactivo.

Por tanto la droga no es sinónimo de ilegalidad, pues existen las llamadas drogas legales, que son sustancias psicoactivas cuyo uso no es prohibido por ley. El estatus legal que adquiere una droga lo marca su uso recreativo o su uso para otros fines, que no incluye alterar la psique.

Vamos a pasar a ver una pequeña clasificación de drogas legales:

  • Alcohol: es probablemente la droga más utilizada y aceptada socialmente hasta el punto de formar parte de muchas culturas.El etanol es una sustancia de tipo depresor, que disminuye la activación del sistema nervioso. Es una sustancia que general dependencia con gran facilidad, probablemente debido a su aceptación social, y a sus efectos iniciales de euforia y relajación.
    Según la OMS cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de esta sustancia, y en España el alcohol está detrás del 10% de las muertes.
  • Nicotina: es una sustancia que pueda parecer relajante para muchos fumadores, pero en realidad es un psicoestimulante cuyo principal mecanismo de acción es sobre la acetilcolina; este es el hecho de que muchos fumadores a largo plazo lo consideren estimulante, porque bloquea dicho neurotransmisor. En muchos países hay leyes que prohíben fumar en determinados lugares, sin embargo el propio hecho de fumar y comercializar productos con nicotina está permitido.
    Es una sustancia que general un alto grado de dependencia y síndrome de abstinencia, que mata cada año a más de 7 millones de personas (más de seis millones son fumadores directos y casi 900 mil personas son fumadores pasivos).
  • Xantinas: cafeína, teobromina y teofilina. Son sustancias que generan una alteración en la química cerebral que tiene efectos sobre la conducta. No hay datos sobre la existencia de dependencia de la cafeína en el sentido literal de la palabra, además que sería necesario una gran cantidad de dicha sustancia para considerarse peligrosa. Es una sustancia que genera tolerancia y hasta cierto síndrome de abstinencia en algunas personas.
    En cuanto a la teobromina y la teofilina, son sustancias que se encuentran presentes en el té y en chocolates, cuyo consumo generan un aumento de la activación cortical y de los niveles de energía.
  •  Sustancias volátiles: son sustancias que no se consumen o se suministran directamente en el organismo, de ahí viene el nombre volátiles. Son sustancias como el pegamento, la gasolina, anestésicos o cetonas cuya vía de administración suele ser inhalada o aspirada. Las personas las suelen usar para sentir efectos psicoactivos de efecto depresor.
    Son sustancia con un nivel bajo de adicción, pero son proclives a generar daños en órganos vitales, así como en el sistema nervioso.
  • Psicofármacos y otros fármacos:  en principio el uso de fármacos está destinado a uso medicinal, pero es no quiere decir que no supongan un efecto psicoactivo en el paciente, y también de ahí su legalidad. Muchos fármacos llegan a adquirir dependencia.
    Las benzodiacepinas posiblemente sean los psicofármacos más frecuentes; se usan para tratar la ansiedad, siendo que muchos pacientes abusan de ellos, bien por prescripción médica o bien por muto propio. Entre otros fármacos que no son psicofármacos pero que generan adicción y dependencia son los esteroides, morfina o la codeína.
  • Cannabis: esta es una sustancia cuya legalidad o ilegalidad ha sido debatida durante mucho tiempo, y aún hoy en día sigue debatiéndose.Hay países que si autorizan el uso del cannabis como uso recreativo como Holanda, Washington o Uruguay. En España está permitido su consumo en lugares privados, sin embargo la plantación, consumo en público y distribución sí está penado por la ley.

Visto esto, surge la gran pregunta ¿Por qué unas sí y otras no?, ¿Cuál es la diferencia entre el alcohol o la cocaína?

Personalmente considero su aceptación social como nota diferenciadora entre la legalidad de algunos tipos de drogas, y obviamente el lucro que genera para los estados la venta de este tipo de sustancias.

“… y de pronto no sentía placer solamente con acariciarlos y violarlos”

Delinquir bajo los efectos de sustancias estupefacientes.

Este es el tema del artículo de esta semana. ¿Hasta qué punto cometer un crimen bajo los efectos del alcohol o cualquier otra sustancia te hace inimputable?

El alcohol, concretamente el etanol, es una droga psicoactiva cuyo principal efecto asociado es la relajación y la alegría, pero ¿será que algunos criminales necesitan de estar ebrios para cometer crímenes?

Para Luis Alfredo Garavito era una condición “sine qua non” para haber cometido 140 asesinatos confesos, pero se estima que pudo haberle sesgado la vida hasta a 192 personas.

Todas sus víctimas eran menores de edades comprendidas entre los 6 y los 16 años.

Su modus operandi, era llamar la atención de los niños y adolescentes mediante engaño con dinero o con cualquier otro medio para que se fueran con él a dar un paseo, y cuando el menor mostraba signos de cansancio, se bebía una botella de cualquier licor y comenzaba a golpear al menor.

Aunque no sólo los apaleaba, también llegó a mutilarlos e incluso abusaba sexualmente de ellos.

En numerosas ocasiones, Luis se sentía avergonzado de sus actos, llegando incluso a buscar ayuda psicológica, pero la atención que le dieron fue para un sujeto con “depresión reactiva” (este tipo de depresión se da como consecuencia de un estrés mayor como una ruptura de pareja, la muerte de un familiar, pérdida de empleo, etc.)

Poco tiempo después de recibir la ayuda psicológica, Garavito comenzó a sentir una atracción muy fuerte hacia menores de edad, en sus propias palabras:

“Muchas veces me ocurrió que llegaban menores de edad al supermercado donde trabajaba a comprar algo, a mí me iba dando un deseo como lo que yo siempre he denominado una fuerza o un impulso de estar con ese menor de edad, acariciarlo, violarlo. En las horas de almuerzo aprovechaba, dos horas, y me iba para la vecina población de Quimbaya. Allí accedí a varios menores…[…]…únicamente los acariciaba, los amarraba, les quitaba la ropa y los violaba, pero finalizando el 80 y a comienzos del 81, me voy para la ciudad de Sevilla, me llevo a un menor, y de pronto no sentía placer solamente con acariciarlos y violarlos”.

En la desfigurada psiquis de Luis Garavito se había establecido la fatídica asociación entre el dolor ajeno y el placer propio, asociación que en muchas ocasiones desemboca en el matrimonio entre el sexo y la muerte. Cuanto más daño infligía a sus víctimas, más placer sentía.

Pero como he comentado antes, estos impulsos no acallaban su conciencia moral, que aunque no le frenaba, sí que le atormentaba, llegando incluso a buscar una justificación bíblica para cometer tales actos buscando el perdón divino. En más de una ocasión confesó que tenía que beber para poder cometer tales atrocidades, puesto que si no, no podría hacerlo.

Os dejo una entrevista que ofreció Luis Garavito desde prisión