Una de las variantes más preocupantes del comportamiento delictivo es el que protagonizan los jóvenes y menores de edad, pues puede llevar a cabo consecuencias negativas en un futuro, no sólo para ellos, sino también para su entorno más cercano. 

Los adolescentes que participan en estos hechos delictivos se encuentran dentro de un grupo muy heterogéneo con amplia diversidad de antecedentes y con una gran variedad de delitos cometidos, por lo que es muy difícil encasillar a determinados tipos de jóvenes que cometen delitos, así como el tipo de ilícitos que llevan a cabo.  

Los factores de riesgo son variables que pueden afectar de forma negativa al desarrollo de las personas, es decir, son situaciones contextuales o personales que aumentan la probabilidad de desarrollar problemas emocionales o conductuales; y estos problemas son los que aumentan la probabilidad de que aparezcan desajustes que dificulten el desarrollo biopsicosocial para el menor. 

El desarrollo de los individuos no se produce de forma aislada, ya que vivimos en una sociedad donde el menor se relaciona en la escuela, la familia, el grupo de iguales, etc., y esto influye directa o indirectamente en el desarrollo de las personas, y si esa influencia es negativa, podemos hablar de factores de riesgo. 

Estos factores de riesgo se pueden dividir en seis grupos: 

  • Factores familiares: un ambiente familiar desestructurado, falta de cariño y apoyo, padres violentos, consumidores de drogas legales e ilegales, etc. Todos estos factores influencian en el desarrollo del individuo pues es algo con lo que convive cada día, igual que no establecer límites. 
  • Factores individuales: hay personas que por sus rasgos de personalidad puede tener mayor tendencia a cometer ilícitos penales, por ejemplo, las personas más extrovertidas podrían no tener “miedo” a llevar a cabo un hurto. 
  • Factores ligados al grupo de iguales: el grupo de amigos es una de las mayores influencias de las que podemos hablar hoy en día, sobre todo el cambio de primaria a secundaria supone un paso evolutivo muy importante en los jóvenes, quiénes empiezan a experimentar cambios físicos notables. Si durante esta etapa se junta con personas que no le convienen, podría terminar haciendo lo mismo que ese grupo de iguales. 
  • Factores escolares: la escuela también es un factor importante, por ello la falta de motivación influye en que el menor lleve a cabo absentismo lo que le puede conducir a “matar” el tiempo en hacer otras cosas menos legales. 
  • Factores sociales o comunitarios: el grupo comunitario al que perteneces nos influencia de forma positiva o negativa, un ejemplo es cuando un niño vive en un barrio social y en su día a día solo ve delincuencia, va a acabar pensando que eso es correcto y puede que en un futuro acabe por seguir los mismos pasos. 
  • Factores socioeconómicos y culturales: el tener dinero no implica ser buena persona, ni comportarse conforme a la ley, pues hay numerosos ejemplos de gente adinerada que ha cometido algún delito; pero claro está que cuando una persona no tiene dinero para comer ni para alimentar a su familia, puede acabar robando comida. 

A pesar de todo esto, es de vital importancia conocer los factores de riesgo a los que puede verse expuesto un niño, ya que no existe una certeza absoluta de que se vaya a alterar su desarrollo, sino que más bien ayuda a estimar la probabilidad de que suceda. 

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