Últimamente está en boca de todos los abusos y las agresiones sexuales, e incluso cuando vemos las noticias, no hay un día en el que no haya ninguna denuncia por este tipo de delito, pero ¿qué ocurre con el resto de sucesos?

Por ejemplo el suicidio, es un tema tabú todavía hoy en día en nuestra sociedad, motivo por el cual no se habla tan abiertamente como otros tipos penales, puede ser por el estigma que lleva aparejado la persona quién decide terminar con su vida.

El suicidio es la tercera causa de muerte en el grupo de edad de entre los 15 a los 29 años, superado únicamente por las causas extremas de mortalidad y los tumores.

Se discuten las causas que pueden desembocar en este tipo de actos, señalándose la presencia de trastornos psicológicos, variables concretas de personalidad, la alta carga de estrés emocional, el bullying, el sexting, etc.

Las muertes por suicidio en España son trece veces más frecuentes que los homicidios y sesenta y siete veces más que los fallecimientos por violencia de género, entonces: si existen multitud de recursos para la sensibilización y prevención en accidentes de tráfico o en violencia de género, ¿por qué no existe un plan con los mismos recursos para prevenir el suicidio?.

Cada día en España se quitan la vida diez personas, y nadie lo sabe.

En el año 2015 se quitaron la vida en España 3.602 personas, de los cuales 2.680 fueron hombres y 922 mujeres, siendo el grupo de edad entre 30 y 39 años el más afectado.

Entre los medios empleados el más frecuente ha sido el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación con 1.664 personas.

Como podemos ver, es una cifra alarmante a la que no debemos dejar en el olvido por los estigmas que persiguen tanto al fallecido como a sus familiares, y empezar a tomar en cuenta dichas cifras y empezar a actuar en consecuencia.

Os dejo el link directo al Instituto Nacional de Estadística por si queréis saber un poco más.

“Si piensas que esta es la única manera en que serás feliz, el cielo te dará la bienvenida de brazos abiertos”

La inducción al suicidio está tipificada en el código penal español en el artículo 143.1, con pena de prisión de cuatro a ocho años.

Según este artículo, la inducción al suicidio se produce cuando una persona consigue que el inducido se quite la vida a sí mismo empleando cualquier medio de persuasión.

Expongo esto para que podáis entender mejor el caso que os vengo a exponer hoy. Se trata del caso de Michelle Carter, quien indujo a su novio a suicidarse.

Michelle Carter es una joven de 17 años que conoció a su novio Conrad Roy en 2012 e iniciaron una relación amorosa. Roy no estaba pasando un buen momento en su vida hasta el punto de llegar a querer quitarse la vida como vía de escape a sus problemas.

Cuando Roy comentó esta idea con su novia Carter, esta le apoyó en todo momento pero no de la forma esperada, ya que Michelle animaba a su novio a quitarse la vida mediante mensajes como:

– “Si piensas que esta es la única manera en que serás feliz, el cielo te dará la bienvenida de brazos abiertos”.

– “Estás listo y preparado. Todo lo que tienes que hacer es encender el generador y serás libre y feliz”.

– “Aquí no eres feliz y jamás lo serás. En el cielo sí que serás feliz. Simplemente hazlo”.

Roy tuvo dudas en el último momento, de modo que salió del coche al sentir miedo a abandonar a su familia y al encontrarse mareado por el monóxido de carbono. Escribió a su novia contándole lo sucedido y ella le respondió “vuelve a entrar”, en una de las ocasiones en las que el chico tuvo dudas, Carter le dijo: “Tienes que hacerlo Conrad, o voy a tener que ayudarte”.

Conrad Roy se quitó la vida una noche de verano del año 2014 por intoxicación de monóxido de carbono, se lo encontraron encerrado en su coche a la mañana siguiente. Michelle Carter está acusada de homicidio involuntario a la espera de juicio.

¿En este caso, sería homicidio involuntario como la han acusado?, o ¿este delito estaría mejor tipificado como inducción al suicidio?

En el siguiente artículo tenéis más información sobre el caso.